miércoles, 9 de abril de 2014
ACROSPORT
miércoles, 19 de marzo de 2014
miércoles, 5 de febrero de 2014
RECICLAMOS Y JUGAMOS: EDUCACIÓN FÍSICA VERDE
- AROS DE LANZAMIENTO
- Tubo de goma de butano (caducado), 6 botellas de plástico de 2 litros, agua o arena, capuchón de un rotulador viejo, cinta aislante y tijeras de cocina.
¿Cómo se construye?
Recorta un trozo de tubo de unos 60 cm de longitud. Arquea la goma formando una circunferencia con él. Une entre sí los extremos utilizando el capuchón de un rotulador. Refuerza la unión con un trozo de cinta aislante o adhesiva.
Llena la 6 botellas de plástico con arena o agua a modo de contrapeso. Marca las botellas asignándole a cada una de ellas una puntuación diferente.
- HOCKEY O FLOORBAL
Mango de madera (de una escoba), cepillo de pelos de una escoba vieja, agua o arena, 4 botellas de plástico de 2 litros, bolsas de plástico o latas de refrescos, tijeras de cocina, sierra o serucho, fixo o cinta aislante y bolas de petanca de agua (sin agua).
¿Cómo se construye?
El Stick
Recorta el mango de la escoba dándole una longitud aproximada de 1,10 m.
Para construir el gancho se le han de serrar al cepillo un par de dedos de pelos en uno de sus extremos (culata). Los pelos del cepillo se han de recortar con un cierto grado de inclinación (de menos a más comenzando desde la culata).
Las Porterías
Llenar las 4 botellas de plástico con arena o agua a modo de contrapeso. Éstas serán los postes para las 2 porterías de juego.
La Pelota de juego (3 opciones)
- Utilizando latas de refrescos
- Utilizando bolsas de plástico enrollándolas entre sí con fixo o cinta aislante dándole un tamaño aproximado de una pelota de tenis.
- Utilizando las bolas de petanca de agua (cuando pierden el agua).
- INDIACA
Papel que vayamos a reciclar, bolsa y bolsa de plástico.
¿Cómo se construye?
Realizamos una bola lo más redonda posible con el papel, luego la introducimos en la bolsa y realizamos un nudo, quedando la bola de papel formando la base donde golpearemos la indiaca y el resto de la bolsa hará de plumas o flecos.
- TUBOLA
Un rollo de cartón de papel higiénico, 50 cm de cordón, papel de aluminio y un punzón.
¿Cómo se construye?
Hacemos un pequeño agujero de 2 cm del borde y metemos el hilo. Lo anudamos para que no se salga. Tomamos unos 10 cm del otro extremo y vamos comiéndonos con el hilo.
Nos aseguramos que la bola se queda apretada y no se salga del hilo.
Si hacemos el agujero demasiado cerca del borde se rasgará. Debemos tapar la base con papel de aluminio y cinta adhesiva para que haga de tope y la bola no se cuele.
- PELOTAS DE MALABARES
Tres globos, medio vaso de arroz, una bolsa de plástico fino y tijeras.
¿Cómo se construye?
Se vierte en una bolsa una cantidad de arroz del volumen de un huevo, se hace un nudo lo más ajustado posible.
Se corta la boca de un globo y con las dos manos, se abre con cuidado de no rasgarlo para meter la bolsa de arroz. Repetiremos con los otros globos de manera que el nudo de la bolsa se note lo menos posible.
Si utilizas globos de distintos colores se puede hacer un pequeño corte en el último globo y se verá el color del otro.
- BOLOS
Botellas de plástico de litro y medio con tapón, arena o piedras pequeñas, témperas o cinta adhesiva de colores.
¿Cómo se construye?
Rellenar las botellas un poco menos de la mitad y taparlas bien.
Se pueden pintar o ponerle adhesivos.
Se debe tener la precaución de no aplastar la botella mientras se llena.
- SUAVIBOL
Bote de suavizante de la ropa con asa, tijera, cinta aislante.
¿Cómo se construye?
La tarea principal consiste en el corte de botella, es recomendable que se realice junto a los padres siguiendo la línea de corte que previamente se ha trazado.
Sugerencias de decoración: Pintar sobre la botella, utilizar botellas de colores o utilizar pegatinas.
Puede quedar algún filo o puntas cortantes que se deben de recubrir con cinta adhesiva.
- ZANCOS
Dos botes de latón de conserva, o papilla, o nesquik… Cinco metros de cuerda, un punzón y un martillo.
¿Cómo se construye?
Hacemos dos agujeros opuestos a dos centímetros del borde de la base. Cortamos la cuerda de manera que llegue a la cadera del niño.
Se introduce la cuerda de fuera a dentro, se estira y se hace un nudo para evitar que se salga (se pueden pintar las latas o pegar pegatinas).
Se debe colocar cinta adhesiva en la boca del bote para evitar rozaduras.
CRUCIGRAMA DEPORTIVO
COMO EN EL TERCER CICLO ESTAMOS TRABAJANDO LOS DEPORTES, AQUÍ OS DEJAMOS UN CRUCIGRAMA PARA QUE EJERCITÉIS LA MENTE ADEMÁS DEL CUERPO. ¡ÁNIMO!
miércoles, 22 de enero de 2014
JUEGOS POPULARES
CON
EL SEGUNDO CICLO ESTAMOS TRABAJANDO EXPRESIÓN CORPORAL Y JUEGOS
POPULARES... PRÓXIMAMENTE SUBIREMOS LOS VÍDEOS DE LOS BAILES
REALIZADOS.
ADEMÁS PARA PODER PRACTICAR ALGUNOS DE LOS JUEGOS POPULARES OS DEJAMOS UN ENLACE DONDE LOS ENCONTRARÉIS http://listas.20minutos.es/lista/juegos-populares-y-tradicionales-de-toda-la-vida-348249/
ADEMÁS PARA PODER PRACTICAR ALGUNOS DE LOS JUEGOS POPULARES OS DEJAMOS UN ENLACE DONDE LOS ENCONTRARÉIS http://listas.20minutos.es/lista/juegos-populares-y-tradicionales-de-toda-la-vida-348249/
CUENTO MOTOR
A través del cuento motor los niños desarrollan la capacidad de expresarse con el cuerpo de manera divertida y lúdica.
Aquí os dejamos un ejemplo de uno de los cuentos motores trabajados en clase.
EL PRÍNCIPE AOZOLO.
PARTE INICIAL:
“Hace muchos años, en un país muy lejano, vivía un príncipe
llamado Aozolo.
El príncipe, como os podéis imaginar,
creció feliz y tenía todo cuanto podía desear. El reino era rico, los campos
producían ricas lechugas, tomates y sandías; los reinos vecinos eran amigables
y convivían en paz. Sin embargo, una mañana, el alegre corazón del príncipe se
llenó de tristeza.
¿Sabéis porque estaba tan triste? No
os lo vais a creer. Había perdido su corona. Hoy día si un príncipe no lleva
corona no pasa nada, pero en aquellos tiempos, un príncipe sin corona era como
un árbitro sin pito, corría el riesgo de que nadie le hiciera caso.
Sí, la corona que había heredado de su
querido padre desapareció como por arte de magia.
Preguntó por ella a todo el mundo; a
los cortesanos que justo en ese momento bailaban el vals en el gran salón. (Los niños se emparejan y bailan como los
cortesanos el vals que pone el profesor; pasamos entre ellos preguntándoles si
han visto la corona). También preguntó a los jardineros que trabajaban en los
floridos jardines de palacio (imitan el trabajo de los jardineros y
el profesor les va preguntando también).
Preguntó
después a soldados que hacían la guardia o se entrenaban en el patio de armas (hacen
el mimo correspondiente). Incluso preguntó al bufón, que siempre decía entre
risotadas que él lo sabía todo (a hacer el payaso toca. Pero hay
demasiados bufones. Quien lo haga mejor será nombrado Bufón Real).
PARTE PRINCIPAL:
Nadie parecía saber nada de ella. Al
día siguiente sumido en la melancolía, el príncipe subió a la más alta de las
torres de palacio. Allí solía acudir cuando quería hablar con sus amigos los
pájaros. Sí, porque aunque Aozolo no era el más guapo de todos los príncipes, a
decir verdad era más bien algo feote (el
profesor pone caras raras) poseía un don: de bebé, antes incluso de aprender a decir
“ma ma”, ya entendía el lenguaje de los
animales.
Al verle aparecer, varios petirrojos y
un verderón, enseguida se le acercaron. (A ver
si vosotros sois capaces de moveros y cantar como si fuerais pajarillos).
- ¡Hola pequeños amigos! – les dijo –
¿Sabéis dónde está mi corona?
- No, nada sabemos –
respondieron los pajarillos – apenas salimos de tus jardines. Quizás el águila
que vive en las más altas cumbres, desde donde se divisa todo el reino, la haya
visto.
Sin pensárselo dos veces se puso en
camino. El príncipe anduvo y anduvo hasta la gran montaña (los niños andan, ahora más deprisa que si no, no
llegan, a la pata coja para no aburrirnos…); trepó, escaló, se escurrió tres veces (trepan
e imitan al príncipe por las espalderas no subiendo más arriba del 5º barrote) y por fin se
halló frente a la imponente ave. (Veamos quien sabe moverse como la
gran águila).
- ¡Saludos! Bella señora de las
cumbres. He perdido mi corona. Tú que desde aquí todo lo divisas… ¿no sabrás
algo de ella?
- Nada puedo contarte buen príncipe.
Tengo una vista aguda pero no puedo verlo todo. A menudo, los árboles me
impiden ver el suelo. Pero, si tanto interés tienes, busca al gran tigre. Nada
sucede en el bosque sin que él lo sepa.
Agradeciendo la sugerencia, Aozolo se
dirigió a los territorios de caza del señor de los Bosques. (Atravesar el bosque no era fácil, así que al
príncipe le tocó gatear, arrastrarse bajo los troncos, trepar por ellos, correr
entre los árboles, saltar de roca a roca en el río… Montamos un pequeño circuito
para que los niños imiten el recorrido).
No tardó en encontrar al tigre, un
viejo amigo suyo, aunque lo cierto es que el felino fue el que le encontró a
él. (Atravesamos ahora por el bosque, por el circuito,
pero imitando a un enorme tigre).
- Mi joven príncipe… Sé bienvenido a
mi selva. ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿A que debo esta grata visita?
- Saludos amigo Tigre. Una búsqueda me
trae aquí. No sé cómo pero he perdido mi corona. Ni los pajarillos de mis
jardines, ni el águila en las cumbres la han visto. ¿No sabrás tú algo de ella?
- Siento no poder ayudarte. Si
estuviera en mis bosques, yo lo sabría. Sin embargo, hay todavía un lugar en
donde ni mis ojos ni los de las aves pueden llegar. Busca a los delfines en las
aguas que bañan el reino. Tal vez ellos puedan echarte una aleta.
Sin reparar en el cansancio, el
príncipe emprendió la marcha hacia la costa, escaló, destrepó, se escurrió tres
veces y anduvo y anduvo hasta que los ojos se le llenaron de azul. Estaba
frente al mar.
- ¡Amigos, acudid a mi llamada! –
gritó desde el acantilado en el lenguaje de los delfines.
No tardaron en aparecer tres delfines
saltarines. (lo
habéis adivinado, nos toca hacer el delfín).
- ¿Quién quiere hablar con
nosotros? – preguntaron intrigados.
- Soy el Príncipe Aozolo. No encuentro
mi corona por más que la busco. Nadie parece haberla visto en mi reino. ¿Sabéis
algo de ella?
- No – dijo el más pequeño – pero
preguntaremos a nuestro anciano maestro. Es el más sabio de todos los delfines.
¡Espera aquí!
Acto seguido los tres delfines, con
una linda cabriola, desparecieron bajo las aguas. (sobre la colchoneta quitamiedos, los niños
ejecutan lindas cabriolas o volteretas hacia delante, como los delfines). Al cabo de un
rato regresaron:
- El maestro ha dicho que la bruja
Cuchufleta encontró una corona. La hallarás en su cueva, más allá de las
montañas, en los Pantanos de La
Soledad.
Muy agradecido, el príncipe regresó a
su castillo. Al día siguiente, tras descansar, partió hacia los pantanos.
Con algo de miedo penetró en la cueva
de la bruja. (Apagamos
la luz de la sala y bajamos las persianas para crear un ambiente más sombrío). Al final de una
oscura galería, en una gran sala
iluminada por antorchas temblorosas, estaba sentada la bruja con cara de
aburrimiento. Alrededor de ella, decenas de estanterías repletas de
polvorientos libros, cubrían las paredes.
(Iluminando
mi cara desde abajo con una linterna, pongo voz de bruja)
- ¡Eh! ¿Quién anda ahí? Hombre o
bicho, niño o rana, que dé la cara o le convierto en…, en…, ¡en lo que me de la
gana! - Refunfuñó Cuchufleta sobresaltada-.
- Soy el príncipe Aozolo. No ha sido
mi intención asustarle anciana. Perdí hace unos días mi corona y el sabio
delfín me ha dicho que usted encontró una.
- Sí, es cierto. ¡Pero es mía y sólo
mía! Yo la encontré y “lo que se encuentra no se quita, santa Rita, Rita,
Rita”. Además… ¿cómo sé yo que realmente es la tuya?
- Fácil. Pruébemela. Si ajusta
perfectamente a mi cabeza sabrá que no le engaño. – le contestó el príncipe-
A regañadientes, la bruja sacó la corona
de un viejo cofre y la depositó con cuidado sobre la cabeza del joven. Ajustaba
a la perfección.
- Bueno… puede que sea tuya, pero yo
la encontré y no estoy dispuesta a quedarme sin ella por las buenas. ¡Para una
vez que recibo visita y resulta que es para llevarse algo…! Se lamentó la
anciana.
- ¿De qué se extraña Cuchufleta? A
nadie le gustan los hechizos y maldades de una bruja – intervino el príncipe -.
- ¿Qué hechizos y qué maldades? –
protestó ella – Conozco mil conjuros malignos y nunca los he empleado contra
nadie. Y eso que cada vez que me acerco al pueblo, todos se esconden y me
cierran las puertas sin preguntarme siquiera qué es lo que quiero. Me temen,
sí, pero por lo que creen que soy, no por lo que hago.
Conozco también – prosiguió Cuchufleta
– mil hechizos maravillosos y nunca me han dado una oportunidad para
regalarlos. Sé hacer crecer trigo en el desierto, puedo hacer que una vaca dé
el doble de leche y, además, merengada, sé cómo curar el dolor de muelas,
conozco un conjuro que convierte en flores las espadas… y, sin embargo, no
encuentro a un amigo que quiera hablar conmigo.
- Yo también te juzgué sin conocerte
Cuchufleta – dijo Aozolo – Devuélveme mi corona y yo…
- La anciana interrumpió al príncipe-
¡Ya,ya! Me propones un trato. Sea. Llévatela y a cambio has de prometer que de
vez en cuando harás una visita a esta solitaria vieja.
- ¡No Cuchufleta! Se me ocurre algo
mejor.- Fue la respuesta de Aozolo - Tu corazón es bondadoso aunque la soledad
te haya hecho un poco cascarrabias. ¡Vente conmigo a mi castillo! Eres sabia y
buena. Sé mi consejera y mi amiga.
(Persianas
arriba de nuevo o encendemos la luz) El príncipe presentó a la anciana en la corte de palacio
como su tía abuela, doña Cuchufleta. Y así
fue como Aozolo recuperó su corona y ganó una amiga que, por cierto, se sentía
feliz haciendo que las vacas del reino dieran el doble de leche, y además…
merengada.
Y colorín, colorado, este cuento se ha
acabado”.
miércoles, 8 de enero de 2014
¡ A POR EL SEGUNDO TRIMESTRE !
YA ESTAMOS DE VUELTA CON LAS PILAS CARGADAS Y CON MUCHOS RETOS NUEVOS PARA ESTE NUEVO TRIMESTRE: ACROSPORT, DANZAS, JUEGOS POPULARES...
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